Además la portada es inquietante.
La gata con alas y Regiones devastadas, de Enriqueta Antolín. Va de una adolescente en el Toledo de posguerra. Hale, a correr. No es que pase nada, pero el cómo no pasa nada te cuenta más cosas que una mera introducción-nudo-desenlace. Estos también estaban por mi casa y me leí el segundo antes que el primero. Qué pasa. Soy una tía chunga.
Hola, Marat.
El Ocho, Katherine Neville. Es un best-seller de los noventa que me encandiló porque incluía mis chuches lectoras preferidas: personajes a cascoporro en dos líneas temporales distintas y gente que resulta ser otra cosa (y que no vi venir). Me entretuvo mucho. Además había monjas bad-ass. Sí, también estaba por mi casa.
Sabíamos que las barbas volverían a estar de moda.
Leyendas del Próximo Oriente Antiguo. Featuring el Enuma Elish y el Gilgamesh, esto llegó a mi casa y dije "huy, qué pinta de mitos tiene". Va de mesopotámicos haciendo el mesopotámico. Lo recomiendo encarecidamente para adolescentes que no saben qué se van a encontrar. Entregar con una sonrisa perversa. ¿Querías viaje del héroe? Toma viaje del héroe e inundaciones.
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