lunes, 1 de junio de 2015

Lecturas no obligatorias: Londres

Hola. Soy una entrada programada que va sobre libros donde Londres tiene un papel y sobre libros donde los autores pretenden que las ciudades tengan un papel y les queda un reportaje cutre del canal Viajar.


La Bestia de Londres os acecha.


Neverwhere, de Neil Gaiman. Me parece el mejor libro sobre esta ciudad ignominiosa que jamás se haya escrito, básicamente porque va de la ciudad de verdad. Va de aquello en lo que la ciudad te convierte y del alma oculta de maravilla decadente que la habita. Encuentra la historia detrás de lo cotidiano, y no es cualquier historia, es mitología de la buena. Además tiene a Croup y Vandemar, que personifican tanto espíritu londonita que es imposible no tenerles miedo.

Ankh-Morpork, de Terry Pratchett. No es un libro, ya. Cualquier novela de Mundodisco donde asome el hocico la ciudad te está hablando, en cierto modo, de Londres, sin decirte todo el rato que mira, que te estoy hablando de Londres.

De Dickens me he leído algún cacho de Oliver Twist y puedo decir que retrata de forma atemporal lo que es no tener un duro en este pueblo y que te exploten. 

Sinceramente, me da una pereza indecible leerme libros que me van a sumergir en tal ciudad o en tal época (quizá por eso me repatea el hígado la novela histórica), porque a mí lo que me suele enganchar es la historia y las ambientaciones que van orientadas a la inmersión tienden a cansarme. Me importa una mierda en qué parada de metro se baje Paco o dónde quede con Puri si eso no es relevante para la historia. El sacar sitios típicohistóricopastoriles sólo por "ambientar" me aburre un huevo y parte de la gallina potencial. Con Toledo lo hacen mucho (y ya si se ponen esotéricos es para repartir galletas a dos manos) y me dan ganas de matar cuando te van contando por qué calle pasan los personajes para llegar al bar. De Roma o París ya ni hablamos. Escribir un libro donde una ciudad sea la protagonista es muy difícil y casi todos los intentos que he leído han acabado aburriéndome soberanamente. Ese ansia de "¡Eh! ¡Que está pasando aquí! ¿Ves? ¡He usado un enclave típico! ¡Fui este verano y vi un bar escondido que ahora estoy mencionando para que quede real! ¿A que mola?" donde me sumerge es en un documental cutre del canal Viajar.

Bonus: ¿Queréis escribir una historia ambientada en Londres? Meted a los personajes en el metro una hora por cada trayecto. Haced que se encuentren con Engineering Works cada fin de semana. Llevadlos al parque cada vez que salga el sol. DA IGUAL EL PARQUE. El parterre de enfrente del supermercado vale. Y no les compréis un paraguas, porque al final no los usa ni dios.