jueves, 28 de abril de 2016

Historias de la abuela cebolleta: Creando mundos

Hola, soy una entrada programada que habla de crear mundos cuando no tienes ni puñetera idea de nada.

Aquí donde me veis, toda una señora de trentaitantos talludita y anecdótica, fui joven una vez. Una pipiolilla con la cabeza llena de historias, más preocupada por los mundos de fantasía que por la vida real (que, en aquellos momentos, no es que fuera una fiesta precisamente) y perdida cual gasterópodo en un Marypaz.

En cierto momento me di cuenta de que las cosas de fantasía que leía (situémonos: 1997-2000, sin acceso a internet) tenían demasiadas cosas en común. Mundos en que la magia está en decadencia, los dioses se piran, la era de los hombres está a punto de empezar... Historias como de postrimerías. Con profecías y mierdas de esas. Empecé a pensar que me gustaría leer algo donde la magia fuera normal y los humanos unos mindundis. Y, en cierto momento, me puse a escribirla. 

Dibujé un mapa. Así, a lo bestia, sin tener muy claro nada. Un mar aquí, un río allí, unas pocas montañas en medio... Aquí un bosque... Esto se va a llamar así, esto así, aquí un pantano gigante porque me sobra sitio. Qué contenta estaba con mi mapa. Me puse a soñar con él y a escribir.

Muy pronto me encontré con una duda que se convirtió en muchas más. ¿Cuánto puede andar alguien a pie en un día? ¿Y a caballo? ¿Y en carro? ¿Y en barco? ¿Qué clase de barco? ¿Cuánto duran las provisiones? ¿En qué pueden consistir? ¿Cuánto aguanta una persona sin beber?

No tenía acceso a Google para preguntar. En mis tiempos, había que hacer las cosas de otra manera.

Y, como siempre, la salvación apareció encuadernada en una estantería:



Este libro, hijos míos, fue mi pilar a la hora de escribir fantasía pseudomedieval. Si te saltas el capítulo sobre milenarismo y te vas a lo que es dieta, viajes y construcción, te salva de cometer errores que canten demasiado. El "este es mi mundo y me lo peino cuando quiero" funciona sólo hasta cierto punto. 

Así que me hice una "regla" con jornadas de viaje que iba poniendo sobre mi mapa para saber cuánto me iba a tardar la gente en ir de un sitio a otro. Me apliqué mis propias normas, salvo en los momentos en los que había que tirar de "Sombragrís".

Por si no lo ubicáis: Sombragrís es un caballo ultrarrápido que se saca Gandalf de la manga cuando a Tolkien le conviene acortar tiempo de viaje y tiene que reservarse Air Águila para que tenga más impacto al aparecer. Uso el nombre del caballico para aplicárselo a técnicas para que la física no sea un obstáculo (tío, tenemos magia, aprovechémosla). Por ejemplo, algún hechizo de teletransporte. Sin abusar.

Las dudas iban creciendo exponencialmente. ¿En qué se basa la economía de cada sitio? ¿Tienen reyes? ¿Cómo va el tema del sistema político? ¿Moneda o trueque? ¿Religión? ¿Los dioses son de verdad o constructos? ¿Alcantarillas? ¿Qué se siembra y dónde? ¿Cómo piensa un tío que tiene mil años?

Cuando tienes doce años todo esto es un mindblown de la leche. Te das cuenta de que el mundo es complicado de cojones. Eh, que pedazo de frase acabo de soltar. Y tú lo que quieres es centrarte en los avatares que le ocurren a la pobre protagonista, no en politiqueos ni tratados comerciales, entre otras cosas porque cuando te los encuentras explicados en los libros te parecen un aburrimiento supino.

He pensado que igual toda esta experiencia cebolletil le puede venir bien a alguien, así que he preparado una lista preciosa que se publicará, tachántachán, próximamente. No sé si estoy creando hype o no, que yo para estas cosas soy un poco torpe.

martes, 5 de abril de 2016

La noche que Tronnia cambió su mundo


Ilustrado por Blanca Bk y editado por Ediciones Nalvay.

Tronnia es una niña troll que se pirra por el flan de babosa y tiene un basilisco bebé como mascota. Va al colegio troll y tiene amigos troll. El día de los Juegos Feéricos es la oportunidad perfecta para codearse con otras especies y observar a las hadas, los centauros o los duendes, animar a su equipo y disfrutar con sus amigos. ¿Qué podría salir mal?

La noche que Tronnia cambió su mundo es un libro infantil donde puede pasar cualquier cosa. ¿Tienes un troll interior? Este libro es para ti.




Para visitar el álbum del Troll Tour pincha AQUÍ.

¿Y QUÉ PIENSAN QUIENES LO HAN LEÍDO?

Opiniones en Goodreads



¿DÓNDE LO CONSIGO?

¡Pídelo en tu librería! Si no quieres salir del sofá, siempre puedes tirar de otras opciones: