Estas primeras cosicas son para
despertar el gusanillo en vosotros, hijos míos. Para que digáis
"ostras, me la ha vendido" o "esto tengo que leerlo
por huevos" o "¿Lo qué? Echémosle un ojo".
Queridos hermanos, con todos vosotros,
unas pocas curiosidades sobre La Suerte del Dios Hambriento.
CURIOSIDADES VARIAS SIN PELIGRO DE SPOILER
El origen. La historia nació como un
"no hay huevos". Igual que a la oligofrénica persona que
inventó los cruasanes con jamón y queso o el paté con mermelada,
un día dije "anda, imagínate que a alguien le diera por hacer
un crossover entre el diálogo platónico y, yo que sé, una partida
de D&D". Algo dentro de mí dijo "no hay huevos".
Y ya que iba a hacer una tortilla, era momento de darle la vuelta
también.
Hablad conmigo. Bueno, con Sócrates, pero soy yo quien dice las cosas. O algo.
Trevia. Por aquello de la conciliación
laboral y demás, y de tener los ovarios como icosaedros fractales,
me pareció muy adecuado poner en uno de los papeles protagonistas a
una madre soltera mercenaria que se va a matar malos con su niño de
diez meses a la espalda. Un bebé al que hay que alimentar, proteger,
cambiar los pañales y curar los cólicos.
Esta soy yo siendo pequeña, entrañable y sin padres mercenarios.
Religión. La Enéada salió así
porque ya que estaba con temas platónicos y a Plotino lo tengo
atravesado, me parecía divertido utilizar el nombre de "Enéada"
para el panteón principal de la historia. Me puse bastante mística,
como si estuviera escribiendo un poema metafórico en vez de un
génesis, pero quedó bien bonico. Cuando uno se pone a crear
religiones suelen salir demasiado redondas. Muy coherentes. La
realidad suele ser distinta y haber siete millones de sincretismos,
dioses que no tienen nada que ver entre sí (el de los tomates, el de
las patatas, el de las cerezas y el de la comic sans, por ejemplo)
encajando con calzador en el mismo panteón. Quise reflejar todo eso.
Qué queréis que os diga, en ese aspecto ha quedado redondico.
Guiños. No podía ser un crossover con
una partida de D&D sin dados. En el Templo Umbrío hay un dado de
veinte caras que te dirá tu destino si lo lanzas.
Ya que hablamos de dados, si queréis derretiros vivos de ternura
echadle un ojo a estas esculturas.
Idioma. El dialecto del Thrais viene
directamente del manchego. Que lo sepáis.
A partir de aquí puede haber cosas que
os estropeen ciertas sorpresas. No digáis que no os he avisado. Voy
a poner un bicho entrañable para que los despistados no se tragen
los spoilers como juanolas. Insisto: no sigáis leyendo si no queréis
spoilers. ¿Ya? ¿Quedamos sólo los que hemos llegado al final? Pues
hala.
Las marmotas son lo mejor.
CURIOSIDADES CON SPOILER
1. De Trevia a la Tejedora, pasando por el
Paladín y la sacerdotisa, los personajes cargan con cosas que les
hacen comportarse como se comportan. Cada uno se enfrenta a "lo
suyo" como puede. Ese mondongo mental que hace de la Tejedora un
personaje interesante es precisamente el narcisismo de libro, donde
lo importante es la imagen que proyecta, el que nadie se dé cuenta
de sus errores. A Trevia se le da bien guardar debajo de la alfombra
aquello en lo que no quiere pensar. El Paladín... Pobrecico, lo de
tener que desarrollar un criterio propio le viene grande. La
sacerdotisa es un despojillo humano con un papel de servidumbre
silente muy asumido, hasta que algo le rompe el pensamiento lateral.
Vamos, que cada uno tiene lo suyo.
2. El Dios del Silencio viene,
tangencialmente, para representar las relaciones tóxicas (entre
otras cosas). El amor no es silencio, hijos míos. Un dios al que, si
le piedes presencia, te regala más ausencia y encima es culpa tuya
que no te haga ni caso por haberle suplicado lo mínimo se merece un
tempo vacío. He dicho.
3. El Paladín me cae mal. No sé si se
nota. La historia exigía un saco de boxeo y no me pensé mucho quién
tenía que ser.
4. Que el bardo/mago sea un multiclase es
marca de la casa. En El Tiempo de Viridia ya me despaché bien
despachada con la música como forma principal de magia, y aquí me
apetecía meterlo también. Ese momento glorioso de "Es que soy
mago" y su equivalente con "Es que soy bardo" me dan
especial gustete. Y sí, es el Mago Azul. A este hilo, no puedo dejar
de señalar que el diálogo en el Templo Umbrío sobre el códice, la
notación, que si esto es un fiu medio o un silencio de latos y la
normalización de la notación fue un gustazo de escribir. Son esas
cosas las que dan chicha a un mundo, que lo sepáis.
5. A este hilo, la nana de Rado y Vora es, efectivamente, un hechizo. Cuando la única esperanza que tienes de que a tus hijos no se los lleve el Dios Hambriento es que se duerman y sueñen, porque atraídos por sus sueños vendrán los dioses, protegiendo a las criaturas de que se las merienden, el insomnio infantil cobra una nueva y terrorífica dimensión. Imagínate que eres una madre acojonada intentando cantársela a tu niño para que se duerma, tratando de disimular el miedo. Pues eso.