Igual que la entrada del otro día
venía para que supiera la afición qué NO iba a encontrar en mis
escritos, esta vale para dar un aperitivo de lo que sí pueden
esperar.
1. Ponerle padres a los protagonistas y
que estén vivos. Saya tiene madre, Floria tiene toda la parentela
ahí dando por saco y creando conflicto desde la primera página...
La tendencia en la fantasía épica al heroelegido huérfano me tenía
cansadica ya cuando empecé a escribir, así que tiendo a fabular
sobre qué pasa cuando tienes lazos con tu familia y te importan y
esas cosas.
Me pregunto, por cierto, qué pensaría
Rousseau de Harry Potter,
"en habiéndose" criado el pobre
en el maltrato físico y psicológico hasta los once años,
malviviendo bajo las escaleras.
2. Inventarme un mundo. Creo que esto
no necesita explicación. Hasta la fecha sólo he escrito una
novelita realista (por razones muy concretas, y que no ha visto la
luz) y media (esta sólo vale a medias, que lleva fantasmas). Parte
de la diversión es inventarte las reglas y ver qué pasa cuando las
sigues.
3. Meter magia a carretillas. Y música.
La fantasía épica se presta, vale. Pero hay también una cierta
tendencia a que sea una cosa medio secreta o medio en decadencia o
echada a perder, y a mí me gusta que esté presente, a ser posible,
desde las primeras páginas, no esperarte al final del primer libro
para meter a los dragones. Y, como hice explayándome en El Tiempo de
Viridia, que tenga algo mucho todo que ver con la música.
Booktrailer de El Tiempo de Viridia.
Magia, música y conflictos postergados explotando en sus narices.
4. Meter comida. En La suerte del dios
hambriento (pun intended) hay gente comiendo desde la primera página.
Bebés chupando limones, bebés siendo amamantados, moras recolectadas, banquetes
chungos... En El Tiempo de Viridia, menos, pero tiene mucha
importancia también (el momento "le gusta el jamón" es de
mis preferidos). En Tronnia... Bueno, no me he dedicado a subir a
facebó fotos de flan de babosa por deporte.
Qué se come y cuándo, cómo se articula la existencia en torno a una necesidad básica, me fascina. Es un pilar que a menudo se olvida o deja en segundo plano cuando se procede a crear un mundo, y es una pena.
Pues esto es lo que puedo garantizar. Lo demás depende de la historia. Si os ha picado la babosa el gusanillo, ya sabéis. Sacadme de pobre, anda.
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