miércoles, 13 de mayo de 2015

Alfalfa, hierbajos y jardines

Hace tiempo hablé de cuánto que me tocaba las vísceras innombrables que viniera el primer advenedizo de turno a señalarme fallos sin tener ni puñetera idea de escribir por pura mala baba y la diferencia que había con que lo hiciera alguien que sabe de lo que habla. En este mar de cuñados ansiosos de alfalfa que se creen que por haberse sacado la ESO son capaces de opinar sobre calidad en materia de textos, como si eso fuera equiparable al que le haya gustado o parecido un horror, siempre está bien encontrarte con alguien que habla con conocimiento de causa. 

Encontré este blog después de haber intentado leerme un libro muy loado que tuve que dejar a las sesenta páginas porque me estaba muriendo del tedio. Era un libro que empezaba con un Empanao haciéndole preguntas a un pavo como excusa para explicarnos el sistema mágico de ese mundo. Durante treinta puñeteras páginas (más o menos, no me acuerdo, se me hicieron eternas). Aquello parecía un manual, le faltaba decir cuántos dados de cuánto tenía que tirar para ver cómo de recta le salía la raya. 

Busqué críticas y sólo encontré reseñas (hordas de reseñas) en plan "el libro es bueno porque me ha gustado". 

 Así me imagino a la gente que reseña cosas.

Ajá. Rezumando criterio por todas partes. Entonces, google me obsequió con una crítica que me daba la razón y, espoleada por el gustete que da que te digan lo que quieres oír, leí más críticas. Me tronché viva. Y aprendí cosas, que es algo que siempre mola (no sabía yo que el "received text" se llama "received text", yo lo identificaba como "expresión más vista que el tebeo"). Además las críticas van a mala leche, pero teniendo razón. Con ejemplos y argumentos y cosas de esas en vías de extinción. Como estoy muy hartita de la corrección política, me engancharon.

Llegó un momento en que, después de leer bastante vivibliosecciones*, pensé "pues no me importaría que esta gente me corrigiese cosas, ya que saben de lo que hablan". Mira por dónde, ahora es posible, porque han abierto un servicio de correcciones. Sale un gatete en la entrada. Eso ya mola. Parece que así va a doler menos que te destripen los párrafos hasta el último sintagma.

Que no sólo de ortotipografía vive el homínido, leches. Que está bien que te digan las cosas con gracia y te expliquen tus errores gloriosos. Te puedes ir luego al rincón de llorar o aprovechar y, ya que explota el gato, make good art

Como sé que hay quien se pierde con los enlaces metidos en el texto, lo pongo fácil:


*Me acabo de inventar esta palabra. Me divierte inventarme palabras**. Esta palabra ni existe ni es correcta. Si la usas, es bajo tu responsabilidad.

**No es la primera palabra que me invento y uso en el blog, siendo consciente de que me estoy inventando. Porque ME DIVIERTE.***

***¿Pasivo-agresiva, yo?


1 comentario:

  1. Tu visión de los reseñistas con los osos amorosos me ha matado.

    Aquí hace falta más sangre, por desgracia.... xD Muy pocos escritores y lectores parecen querer aceptar que los errores existen.

    Un saludo, seguidora de las hierbajas!

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