martes, 21 de abril de 2015

La Suerte del Dios Hambriento

Se acerca el día del libro y yo vengo a dar buenas noticias. 

Tiempo ha hablé del hermanito de El Tiempo de Viridia. Dicho hermanito saldrá publicado en la segunda mitad de 2015 con Sportula, una editorial muy maja con un montón de libros chulos. Todos los que preguntasteis con Viridia por edición digital y a los que tuve que deciros con todo el dolor de mi corazón que naranjas de Beijing estáis de suerte: La Suerte del Dios Hambriento saldrá en edición digital, para que podáis llevarla a todas partes sin partiros el lomo. 



¿Qué vais a encontrar en esta novela? Dejo hablar a los párrafos que aparecen en la web de Sportula:

Trevia es la única persona que ha entrado en Kargen y ha vuelto para contarlo. Pese a haberse retirado hace ya tiempo, no puede evitar asumir la responsabilidad de acabar para siempre con la mayor amenaza para los niños de Larda, Veria y el Thrais: Urboja, el Dios Hambriento. Así, a regañadientes, se embarca en la que espera que sea su última empresa… y que podría serlo en un sentido muy distinto al que desea.

Jugando con habilidad con los clichés de la fantasía épica clásica y la estructura del «quest», M. C. Arellano construye una historia sólida y con personajes creíbles en la que la reflexión va de mano de la aventura. No es la paz lo que espera al final del viaje del héroe, ni su grial la resplandeciente Verdad que nadie refuta. Tal vez solo sea la libertad de criterio, incómoda y molesta, la recompensa por realizar la tarea que nadie más está dispuesto a emprender.

Pues eso: va de un dios que come niños. Así, sin estragón ni nada. Tras años de fracasos, a una mente preclara se le ocurre encargarle a Trevia que erradique el problema. A Trevia se le da bien matar cosas, pero un dios... Un dios tiene otras implicaciones y otras dificultades. Tiene que montar un equipo decente y solventar las complicaciones e imprevistos que van surgiendo en el camino.

También tendrá que contestar preguntas.

La Suerte del Dios Hambriento habla de respuestas. De las que pueden darse o no. De las que no queremos dar. De las que nos gustaría tener.

De las que no existen.

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