jueves, 16 de abril de 2015

Cosicas bonicas

Acabé de corregir (bueno, decidí que había acabado, corregir es un proceso que puede durar eternamente) mi librico forestal hace unos días y he estado un poco "desnortá" literariamente hablando, escribiendo entradas que se publicarán en el futuro y leyendo tranquilamente. De vacaciones, vamos. 

Ahora, el Proyecto Saturnina me mira. Me pone ojicos. Me dice "¿Mamá?" y yo me derrito, preguntándome como pueden producirme tanta ternura veinte páginas de las cuales cinco son esquema y quince terror manchego. Y me pongo a ordenar escenas, a acojonar descripciones y a matizar puntos de la autoguía de estilo. A la que te descuidas, estoy escribiendo otra vez. Y eso es bonico. E igual que me he pasado meses en un bosque donde el tiempo es distinto ahora floto en La Mancha de los cincuenta, desde los ojos de un niño, así que el tiempo es diferente también. 


Doré clavaba los cardos de mi tierra como nadie los ha clavado.

Agárrense el refajo. Vamos a exorcizar fantasmas del pasado.

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