La bicha de Balazote
Mirad qué saber estar.
Funny fact: mi cerebro decidió, en su momento, que el pueblo donde encontraron al ser éste se llamaba Bazalote. Toda la vida la estuve llamando mal: bicha de Bazalote. A día de hoy tengo que mirar siempre antes de escribir el nombre porque nunca me acuerdo de cuál es la correcta.
Parémonos un momento a pensar en por qué, si las apariencias sugieren un señor con barba, a esta escultura funeraria ibérica se la haya llamado toda la vida "la bicha". Sólo con eso ya podemos sacar un mundo con aires de La mano izquierda de la oscuridad. Si la miramos un poco más y nos ponemos técnicos, se trata de un toro androcéfalo. Vamos, un minotauro al revés.
¿Cuál de las dos criaturas ganaría en un duelo? ¿La bicha, que tiene cerebro humano para pensar y discernir aunque no tenga pulgares oponibles, o el minotauro, que tiene un set complejo de falanges pero la sesera de un rumiante? La verdad es que apuesto por la bicha, que al tener cabeza podría decidir que lo mejor es poner pezuña en polvorosa y, al ser cuadrúpeda, seguro que correría más rápido que el minotauro.
Cualquier bicho aleatorio del Bosco
En serio, yo me imagino a Jheronmus van Aken (ca. 1450-1516) partiéndose la caja según pintaba y emocionándose: "y a esto le voy a poner un pico, y esto va a tener dos cabezas, y a esto le va a salir una fresa del culo". Me pregunto, también, si su carrera pictórica estuvo influenciada por su afición a inventarse criaturas que desafían la realidad. En plan "¿qué tema puedo elegir como excusa para llenarlo de seres abominables?" y gritar "¡Eureka!" al acordarse de que todo lo que sea pintar infiernos y cosas diabólico-chungas da carta blanca para dejar volar la imaginación sin que a uno lo acusen de nada.
Crear una mitología basada en los bichos del Bosco tiene que ser interesante. Desde la organización del porcinonvento del cual se ha escapado la cerdonja hasta la problemática de tener una ciruela por cabeza: una sociedad entre el sueño y la pesadilla tiene que ser un gustazo de explorar.
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