Hay un cuento (o leyenda, o historia,
o narración) japonés que fue, sin duda, la estrella del
cuentacuentos infantil que hice en su momento.
Habla de un señor con una verruga muy
fea (o un lunar, o un forúnculo, o cualquier otra excrecencia) en la
cara que se topa con una tormenta y una tropa de oni (llamémoslos
ogros, seres sobrenaturales en cualquier caso) que empiezan a bailar
y a los que se une, sin poder resistirse. Los oni disfrutan tanto con
sus pasos que le piden que vuelva a la noche siguiente y se quedan la
verruga/lunar/forúnculo en prenda para asegurarse de que sea así.
El hombre vuelve a casa y le cuenta la
historia a su mujer y ésta, a su vez, a su vecina. La vecina, cuyo
marido tiene también un regalito divino en la cara, se lo transmite
y este va en busca de los onis, que no distinguen un humano de otro y
se creen que es el anterior, hace un baile penoso, y los onis no
quieren verlo más, así que le "devuelven" el forúnculo,
con lo cual vuelve con doble gracia a su casa.
Son unos bichos preciosos.
Es una historia tremenda. Te enseña
que nunca sabes cómo vas a salir airoso de una situación y que lo
que le funciona a otras personas a ti no tiene por qué irte bien
(hola, progenitores del mundo empeñados en que sus niños
sean/hangan x). Y, cuando se la cuentas a los críos, da muchísimo
juego: bailar como un ogro y hacer un poco el cafre es una de las
aficiones preferidas de los cachorros de todas las edades.
Hace unos días me topé con esta leyenda, que parece ser oriunda del sur de Irlanda. Es la misma
leyenda de los oni, "irlandizada": con jorobas en vez de
con verrugas y con hadas en lugar de oni, pero mantiene exactamente
lo mismo. Incluso lo de volverse con dos regalitos por el precio de
uno.
Ven, que te concedo un don...
Me llamó muchísimo la atención,
dado que Japón e Irlanda nunca se han caracterizado por sus
estrechas relaciones folclóricas. Los antropólogos o etnólogos o
quien sea que se dedique a estudiar estas cosas igual están más
acostumbrados a encontrarse la misma historia en lugares tan alejados
geográfica y culturalmente. ¿Una leyenda deriva de otra leyenda?
¿Cómo? ¿Ambas nacen de una leyenda común, a medio camino, en
Eurasia? ¿Es un esquema narrativo que nació espontáneamente en
ambas culturas?
Los cuentos están vivos. Nos dan
forma y les damos forma. De alguna forma, se las apañan para estar
llenos de misterio, aunque no versen sobre él.
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