Pues me he leído Los pazos de Ulloa y La Gaviota y vengo a contaros por qué me quedo con la señora Cecilia Böhl de Faber cuarenta veces antes que con Pardo Bazán.
Anda, otra portada para la colección "la hizo alguien que ni ha abierto el libro".
Por dónde empezar con los pazos. Este libro me ha hecho pensar. El rechazo que me generó durante toda la lectura sólo fue opacado por el rechazo visceral al terminar de leerlo. Se puede resumir en "un cura que trabaja mucho y lo hace todo mal".
Va de un noble que tiene unas tierras gobernadas de facto por un cacique que no es él. Ninguno de los dos es buena persona. En medio está la hija del cacique, a la que se beneficia el noble, y que como todas las criaturas encerradas con monstruos ha aprendido a ser uno también. Fruto de este beneficio ha nacido un pobre crío extramatrimonial que tiene todas las papeletas de aprender de su entorno y terminar convertido en otra mala persona.
El cura se encuentra con este percal y decide que lo que tiene que hacer el noble es casarse.
Nada puede salir mal cuando el cacique se encuentre obstáculos para que su nieto extramatrimonial herede las tierras. Nada en absoluto.
Resumen: la esposa acaba muerta, la hija legítima tratada como un trapo y los hijos de fruta felices regodeándose en su frutero. Al parecer hay una segunda parte en la que los medio hermanos acaban refocilándose y cuando se enteran de su parentesco ella acaba en un conventó y él largándose a las américas o algo así.
Le reconozco a Pardo Bazán la capacidad de crear tal atmósfera opresiva que me daba angustia seguir leyendo. No hay ni un solo personaje que no sea o cobarde o cabrón o aprovechado o violento o una combinación de todo ello. La señora Emilia se dedicó a recoger todo lo malo de la especie humana para crear un elenco donde casi no se salva ni el niño. Y, como buena naturalista, es realista con cómo puede acabar un mejunje así: mal.
El tema es que yo para ese percal o me veo el telediario o un documental.
Este grimdark gallego me ha puesto de los nervios. Me pasa como con el polillero: no puedo con los malvados que se van de rositas. ¿Para qué quiero ficción, sino para que haya un sitio donde salen las cosas bien? No hay una sola conducta esperanzadora en todo el libro. Ni una.
Sin embargo, aunque La Gaviota es un telenovelón de tres pares de narices, hay gente buena. Y a los malos les muerden en el culo las consecuencias de sus actos. Y hay nobleza: el mismo protagonista no se rebaja al nivel de su mujer. Igual es que el costumbrismo, por sus características, está más cerca del romanticismo, que es quien cree de verdad en la grandeza de las personas.
A ver, que hasta en la saga de los nigromantes hay gente capaz de mantener la integridad con el panorama de muertos y no muertos y el esqueleto de la Paqui que tienen. Y la gente hace cosas chungas y esas cosas chungas tienen consecuencias chungas de chungosidad acorde. Pardo Bazán, ¿quién te hizo daño?
Qué bien no haber nacido en el siglo XIX.
¿Esto es la novela de verdad? ¿Un agujero donde la gente miserable se regodea en la miseria ajena? ¿Dónde está la esperanza? ¿Qué saca nadie de esto? Leer a Terry Pratchett te hace mejor persona. Leer a esta gente naturalista te hace cínico. Qué tía, de todas formas, capaz de retratar la naturaleza humana así, en todo su espeluznante esplendor. Igual sólo estaba cabreada o sólo quería ponerle a alguien un espejo delante.
En cualquier caso, que lo sepáis: Los pazos de Ulloa es grimdark gallego y CdHyF un remedo mu largo con dragones. Y me temo que va a acabar igual de mal.
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