domingo, 27 de noviembre de 2022

Batiburrejo: ratones y dragones

Una cosita os voy a decir sobre reevaluar prioridades y hacerse un Marie Kondo mental: mano de santo. Oiga, ha sido quitarme de encima la presión autoimpuesta de las redes y se ha abierto un mundo nuevo de color: ganas de escribir, ideas, ganas de leer, disfrutar de la lectura... Una cosa maravillosa. De verdad que lo recomiendo.

Me he leído de una sentada Always, Clementine porque lo vi en la librería y me lo vendió la portada. El género "ratoncitos haciendo cosas" me vuelve loca, así que lo cogí con muchas ganas, y no me defraudó.


Varias cosas:

-Lo único que no me gustó es que confunde conocimiento con inteligencia. Clementine nace siendo la ratona más inteligente del mundo y sabiendo qué es π  y otras cosas rollo física cuántica que suenan a ser muy listo y mucho listo. Es el único patinazo y además es rarísimo, porque se ve cómo aprende muchas cosas (qué es una carta, cómo se juega al ajedrez). Se puede ser muy inteligente y no tener ni pajolera idea de integrales y cosenos y la bicha que los parió (por eso los tests de inteligencia decentes van de buscar patrones, para que valgan incluso si eres analfabeto).

-El tema de cómo aprenden a comunicarse Clementine y Rosie (que viene a ser una chimpancé) es impecable.

-Está estructurado en forma de cartas mentales que Clementine le escribe/piensa a Rosie. Según Goodreads hay gente a la que le ha parecido terrible ese formato, pero creo que tiene todo el sentido del mundo: ve al pavo del laboratorio escribir cartas. Además, nos permite meternos en su cabeza, que es el 98 % de la gracia de este libro. Clementine es muy maja. Ver el mundo desde el punto de vista de un ratón es maravilloso. Participar de su obsesión con las coles de bruselas es un acierto. Es imposible no querer a Clementine.

-Va un poco también, aunque de forma velada y muy por encima, de aquello de qué nos hace personas. Es muy Tailwhisperino en ese sentido.

-Los personajes humanos son tan de verdad y tan achuchables y cada uno con su conflicto vital y su movida interior (que es perfectamente deducible aunque no te la cuente nadie) que no estorban en la narración.

-Me acabo de dar cuenta de que no está en español, pero bueno. Debería.


Me he acabado también A Natural History of Dragons, que llevaba meses sin querer leerme los últimos capítulos para que no se acabase. Me ha dejado cierto mal cuerpo, pero mal cuerpo bien dejado. La fantasía victoriana en mundos inventados es otra cosa que me gusta bastante y ya con dragones la cosa queda redonda.


Otra serie de cosas:

-La voz narrativa es la de una señora mayor a la vuelta de todo escribiendo sus memorias. El género literario "señora mayor a la vuelta de todo contando cosas" es otro de mis favoritos. La protagonista haciendo la reflexión sobre los hechos que va contando en la distancia es gloriosa. El "era joven e inconsciente" me llega especialmente.

-No es un libro de acción, aunque tenga sus momentos. Es muy historia de vida social decimonónica en libros de fantasía, con su cursus honorum de niña bien rebeldusca de pequeña que tiene que buscarse marido y lo que ocurrió a continuación te sorprenderá. La rebeldía de juventud además es muy real y está muy bien cimentada, sin tener que ser rebelde porque sí. Aplaudo la escritura de adolescentes siendo personas y no estereotipos de sacos de hormonas descerebrados. Aplaudo todavía más la historia de amor.

-Me resultó un poco buf que los dragones sean animales y no bicharracos sabios y megapoderosos. Son un poco elefantes con alas.

-El conflicto marco me acabó dando un poco igual, porque la verdad es que cualquier excusa me habría parecido buena para que los señores victorianos fantásticos se fueran a una zona remota menos civilizada a buscar dragones y ver cómo es el choque cultural.

-En serio, que el matrimonio soluciona sus desavenencias hablando. Es glorioso.

-Tampoco está en español. Me parece fatal.

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