jueves, 10 de mayo de 2018
De consciencia, oscuridad y conciencia
Terry Pratchett sabía transmitir las complejidades de la naturaleza humana sin andarse con paños calientes, tanto las luces como las sombras. Esta entrada tiene spoilers de las sagas de la brujas y la Guardia, así que sigue leyendo bajo tu responsabilidad.
Hace ya tres años que falleció. Quería escribir esto para la efeméride, pero alrededor de las fechas señaladas siempre se concentran los homenajes y recuerdos y demás y a mí no me gusta forzarme. Lo que sí me gusta es acordarme sin necesidad de efemérides.
Me voy a regodear rápidamente en sus dos personajes más redondos y complejos, a mi entender. Tengo a los personajes de Mundodisco muy presentes en la vida diaria porque este hombre tenía el don de construir referentes y hay muchos momentos a lo largo del día en los que una tiene que preguntarse qué haría Yaya Ceravieja o qué decisión tomaría Sam Vimes.
Ambos son plenamente conscientes. Ambos tienen plena conciencia de que llevan dentro una oscuridad primigenia, un impulso metaforizado (o metefuerizado) que presenta el "mal camino" como una opción a tener en cuenta. Ambos se pasan la vida luchando contra ella. Ambos saben cómo hacer las cosas bien y están plenamente decididos a hacerlas precisamente porque conviven con la tentación de que el fin justifique los medios y se niegan a cada oportunidad.
Yaya Ceravieja nos presenta su oscuridad en Brujas de Viaje, a través de la relación con su hermana Lily, que sí que ha abrazado ese impulso con ganas. A partir de ese libro se va viendo de vez en cuando cómo se contiene para no mandar a la mierda a la humanidad desagradecida, a los campesinos paletos; cómo entiende a los demás. Ay, cuánto podría hacer con su poder. Qué fácil que se le vaya de las manos. Pero no, nunca lo hace. Yaya sabe lo que está bien y lo que está mal. Qué fronteras no hay que cruzar. Ante la duda, uno ha de preguntarse qué haría Yaya Ceravieja.
Es fascinante también que alguien con su poder tenga su sentido del equilibrio. Lo de poner leche a los bichos que toma en préstamo no es banal. No es dulce. Es lo justo. Lo que toca. Igual que tras parar la espada con la mano desnuda llega el momento de sufrir el corte. Yaya Ceravieja es justa. Y consciente de sus defectos peligrosos, como la arrogancia.
Sam Vimes ha tenido que desarrollar un policía interior que lo refrene. Qué fácil sería arrancarle las entrañas con las uñas a ese criminal al que acaba de pillar con las manos en la masa. Este hombre se pasa la vida respetando la ley, evitando linchamientos y manteniéndose sobrio. De verdad, tiene que tirar voluntad cada dos páginas. Y no es fácil, lucha a cada momento por no caer en lo que aborrece... Por no convertirse en lo que persigue.
¿Sabéis toda este fin de invierno y primavera que hemos tenido de gente queriendo linchar gente? Pues cada vez que veo a alguien pidiendo la cabeza de alguien yo me acuerdo de Sam Vimes y de Carcerer. Por ejemplo. Con cada revolución ciudadana me vuelvo a Ronda de noche. Veo a Vimes mirando a Reg Shoe romantizar la movilización y las penurias y veo un montón de Reg Shoes molándose a sí mismos.
Regalar a un político o a alguien con poder Juego de Tronos es una estupidez como un piano, porque no hace más que reflejar la miseria humana en lo que a utilizar el poder se refiere. Que alguien les haga llegar a Sam Vimes, cuya evolución aboga por la ética personal y por hacer las cosas bien, sin poner excusas para caer en lo fácil. Que les planten bajo las narices a Yaya Ceravieja y sus límites.
Mundodisco te hace mejor persona. Y, si no lo consigue, es que no tienes alma.
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