lunes, 6 de abril de 2015

Arquetipos VII: El Niño que se cae del guindo

Hoy vamos a hablar de árboles, que es primavera y están en flor todo gloriosos. Bueno, más que de árboles, hablaremos de la gente que vive en ellos feliz cual lombriz.

Bastante unido al Empanao y al Elegido, suele ser también el protagonista. Vive en su mundo de yupi hasta que algún acontecimiento o conversación le parte el pensamiento lateral y tiene que asumir lo que le ha tocado vivir, es decir, caerse del guindo.

En gran parte de los casos dan ganas de varear el guindo para que se caiga de una vez. Tiene las pruebas ante sus ojos y no creas que se entera hasta que no llega alguien que se lo explica ("Verás, hijo, ¿te has dado cuenta de que eres idéntico al tío Zutano, de que te hace regalos espontáneos y apareces como heredero suyo en el testamento? Pues es que... La luna, el pajar..." "No me entero, madre" "Que es tu padre, melón"). 

Ahora, cuando se lleva bien y te caes del guindo con el personaje es una delicia. Terry Pratchett me lo ha hecho varias veces. Las buenas caídas de guindo no las ves venir y es un detalle nimio el que hace encajar todas las piezas. Es una de las cosas que le pido a un libro perfecto: una buena caída de guindo. Un zurriagazo tal que me duela el culo metafórico y me quede diciendo "¿ein?" un par de párrafos. 

Este arquetipo se ve también en la literatura no fantástica. El muchoporciento de los libros románticos van de alguien que durante doscientas páginas no se entera de que otro alguien está enamorado hasta las trancas de él, y cuando se cae del guindo por fin es demasiado tarde y tragedia y qué ciego he estado (en eso hay que darles la razón, todos lo detectamos a media página y a él le cuesta tres cuartos de libro).

RUBIA: Oigh, cómo me mola este mozo. Voy a mirarlo con ojos extasiados 
y a rozarle el brazo disimuladamente y a suspirar como una damisela 
y a sonreír tímidamente y así se dará cuenta de que me mola.
MORENA: Aquí hay tomate, Blasa.
RUBIO: Qué chica más simpática. ¡Anda, una mosca!

Tenemos niños que se caen del guindo a patadas: Danekal (El Sueño de los Muertos), Simón (Añoranzas y Pesares), Garion (Crónicas de Belgarath)... La lista es interminable. Caídas de guindo gloriosas tiene Sam Vimes. La de Húrin es también tremenda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe sólo si tus palabras honran el silencio.