miércoles, 31 de diciembre de 2025

De lecturas, dragones y prosa buena

Pues este año he leído un porrón. He leído prosa buena. Qué feliz soy con la prosa buena.


The realm of the Elderlings, Robin Hobb


Estáis contando bien. Dieciséis gloriosos libros que me han reconciliado con la lectura. Meses de maravillarme con una prosa bien hecha. Personajes tremendos. Ay, the Fool. Molly. Chade. Wintrow. Alise. Ronica.

Bee. Thick.

NIGHTEYES.

Qué viaje. Debo de haberle caído en gracia a alguna bibliodeidad, porque entre el final de The Last King of Osten Ard el año pasado y el final de esta saga tengo el alma satisfecha. Y destrozada. Y llena de admiración. El último libro es una elegía tan bien escrita que yo de mayor quiero ser así de buena. No me voy a cansar de recomendar esto.

Fitz y su viaje son impecables, pero lo de the Fool es otro nivel. Podría escribir ensayos con cada uno de los personajes. El mensaje subyacente que me deja la saga es “el destino me puede comer las gónadas”. 

Lo humanos que son los personajes es devastador. Con Fitz se ve muy bien, pero es que los Vestrit son todos tremendos. Lo de Kennit es un viaje desolador, la explicación que no justifica. Los villanos de toda la saga son magníficos por la profundidad que tienen. Acojonan porque entiendes de dónde viene su corrupción. Y hay momentos como el del pollo asado del último libro que llenan de satisfacción.

Cómo transmito yo lo buena que es esta saga con lo frito que tengo el cerebro. No puedo. Igual en un futuro. Si podéis, leedla. Creo que la traducción al español es decente.

Y qué prosa tan buena. Qué bien escribe Hobb. 


Empyrean, Rebeca Yarros (y la chorrilera de actores del audiolibro)

Estos me los escuché en cierto momento en que no podía leer y necesitaba algo ligerico que no me requiriese más de dos neuronas. Acierto total el haber pillado la versión dramatizada con actores varios, efectos de sonido y música.

La historia tiene un 75 % de Roman flojito, a base de marear la perdiz con el mismo puto conflicto parejil absurdo los dos últimos libros y un 25 % de antasy justito, con un worldbuilding que no se sostiene si le rascas un poco pero da igual porque aquí hemos venido a ver a la gente matarse y montar en dragón. A los dragones se les coge cariño. Le sobran la mitad de las páginas y me da la sensación de que iba a hacer un Torres de Malory con dragones a curso por libro pero han querido exprimir la gallina. Tras lo entretenido que es el primero, el segundo es infumable en cuanto a ritmo y podría haber sido dos capítulos del tercero, pero bueno.

Mis esperanzas con el romantasy se esfuman. El arco es el mismo everywhere: pava monísima salida altruista que acaba en un sitio donde no quiere estar pero con la voluntad de extraer lo mejor de la experiencia conoce a malote chungo que luego resulta ser un cacho de pan con ella. La torturan en cierto momento de la historia. El amor todo lo puede. Sexo con calzador. Antasy que funciona solamente en caso de que no te pongas a analizarlo. Descripciones de vestimentas sicalípticas. Es tó lo mismo. Dadme algo donde la prota no pese cincuenta kilos y el pavo tenga alegría de vivir y granos, por ejemplo.

La Vi tiene su mínimo de intríngulis, con sus desventajas físicas, pero el maromo ojcuro y torturado es del Hacendado, y esto de que todo el mundo sea guapísimo y esté todo el elenco salido me cansa. Además la primera persona en la cabeza de esta niña es mu pesá y, para ser tan leída, de vocabulario va justita. Leí por ahí que la traducción al español era mala, pero me fío ya muy poco del criterio de mis semejantes (la queja incluía como ejemplo la expresión “con su pan se lo coman” y se hablaba de “palabras rebuscadas” y yo lo de achacar la falta de comprensión lectora propia o de vocabulario a errores ajenos lo llevo muy mal).

Como radionovela con dragones todo OK, pero leído a pelo esto me habría aburrido soberanamente. Yo estoy aquí por Andarna.

Mención especial a la suspensión de la incredulidad haciendo balconing en el momento en que aparece la palabra “Navarre” y aullar en el infierno cuando se van a Montserrat. A Montserrat. Colega. A comer butifarra. Señora Yarros, por favor, invéntese nombres, que no cuesta tanto.

Las escenas ¿eróticas? dan vergüenza ajena. Mi apoyo a la actriz que las narraba sin descojonarse. Qué profesional.

Esta señora no escribe bien. La prosa está a media patatina del kilo. Últimamente se confunde escribir bien con tener ideas cojonudas para el guion de un anime. En fin. Entiendo por qué ha tenido éxito, pero mejor habría sido eso, un anime.


¡Zas!, de Terry Pratchett

Esto es una relectura que se resume en la verdad universal de que leer a Terry Pratchett te hace mejor persona.


Nevernight, de Jay Kristoff

El narrador es tremendo. El primer capítulo me vendió el libro, jugando con los paralelismos. Es lo que le pido a un libro: que use los recursos literarios, que para eso es palabra escrita.

La ambientación sacada de una Roma veneciana lisérgica es un puntazo. Me sobran detalles en escenas de combate y de cama pero por lo menos no da vergüenza ajena. Como historia de venganza, da lo que promete.


A medias, de momento:

La luz en la niebla, de Victoria Álvarez

Este no me lo he acabado porque lo tengo en papel y leer en papel es misión imposible, pero lo que llevo es glorioso. Para empezar, porque la prosa es ambrosía. Qué tía. Si esta señora empezase a escribir cosas con dragones, me pondría a dar palmas con las orejas.


Y tal es el balance lector de este año. The Fool es el personaje del año. Y que vivan los dragones.

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