Me he cansado del proceso editorial. De mandar obras que no encajan en proyectos editoriales ajenos y quedarme esperando como un pasmarote a que no me contesten o a que lo hagan diciendo que la obra no es lo que buscan. Como desde que soy mayor estoy viendo que lo de poner tus propias reglas es más que posible, he decidido volver a autopublicar, sin tener que contar con nadie. Te da la libertad, por ejemplo, de dejarle la tilde al "sólo".
Así pues, saco a la luz la historia de Tailwhisper, la inspectora de la Compañía de Quesos Libres de la Liga Verde, afincada en Londerra. Algún día tenía que acabar escribiendo algo así: animalitos, steampunk, rabia contenida, reflexión sobre lo que nos convierte en personas, ucronía.
El título completo es Tailwhisper y la sangre roja. Saldrá mañana en Amazon en papel y en versión digital. Quiero dar las gracias a Jesús por apoyar siempre esto de crear, de forjarte las propias reglas y tomar las riendas de tu destino.
El título completo es Tailwhisper y la sangre roja. Saldrá mañana en Amazon en papel y en versión digital. Quiero dar las gracias a Jesús por apoyar siempre esto de crear, de forjarte las propias reglas y tomar las riendas de tu destino.
Animalitos
Crecí en los ochenta. Las pelis de animalitos -de ratoncitos, mayormente- estaban en lo más alto: Los Rescatadores, Fievel, Stuart Little, Basil el ratón Superdetective; los libros de animalitos eran lo más: Beatrix Potter, La señora Frisby y las ratas de Nimh... Cuando tienes seis años y nadie te escucha es fácil sentirte identificado con bichos pequeños a los que se puede pisar. Además, lo de los roedores siempre me ha fascinado. Mi primer cuento, "¿Dónde está Clara/Julio?", iba de un hámster bebé de color naranja que se escapaba y su madre iba a buscarlo. Dicho hámster era mío y se llamaba Clara hasta que descubrimos que era macho. Pasó a llamarse Julio.
La idea de roedores siendo personas pero sin antropomorfizarse me fascina. ¿Cómo se comunicarían entre ellos? ¿Y con otras especies? ¿Cómo escribirían, cómo se abrocharían las cosas con botones? ¿Cómo harían todas esas cosas que se dejan las pelis de dibujos?
Tailwhisper le debe mucho a Miss Bianca (que está homenajeada en el gorrito morado del cuarto capítulo), pero también a todas las protagonistas de series policíacas de la tele de señoras que investigan crímenes sin ser policías. Tailwhisper es mucho menos cándida que Miss Bianca y va con la desconfianza por delante; juraría que le ha caído encima algo de Yaya Ceravieja, sobre todo en el tema de conocer su propia oscuridad y tenerla cogida del gaznate para que no se la coma.
Miss Bianca is filled with determination.
Steampunk
La estética decimonónica y la idea de un mundo sin electricidad (o donde la misma no es más que una curiosidad de aplicaciones limitadas) me fascina también. El concepto nació de esa imagen mental: una ratona blanca con un chaleco y un sombrerito de copa. La ratona no estaba para tonterías. A partir de ahí, sólo había que construir un mundo acorde...
Esto pero con animalitos con sombrero, rampas, mecas,
leyes inclusivas y sanidad universal.
Louise Rayner Chester, 1924.
Rabia contenida
Lleva bastante indignación amasada. Muchas cosas que me molestan personalmente y muchas cosas que le molestan a Tailwhisper y con las que intento empatizar. Buscar justicia de verdad en el tema de las capacidades diferentes, de las incapacidades invisibles; las pasadas de frenada condescendientes paternalistas, los conjuntos ideológicos primavera-verano, la romantización del pasado o la naturaleza, la dieta de la alcachofa... Al intentar sacarte de la manga una ucronía del mundo real es mucho más fácil meter estas cosas.
Qué nos convierte en personas
Ya no es sólo la propiocepción, sino el ser capaces de comunicarlo. Cada vez estoy más convencida de que un conocimiento adecuado del idioma es capital a la hora de articular el pensamiento. Tener nombres para las cosas, tiempos verbales para colocarlas... es imprescindible para saber quiénes y cómo somos, dónde estamos y qué queremos, para que no nos engañen. El tema me obsesiona bastante. Se resume otra vez en la tilde del "sólo": el adverbio es una palabra completamente distinta del adjetivo. Esa tilde se carga ambigüedades. Lo de qué se consigue "simplificando" el idioma ya lo contaba Orwell en 1984.
Es mucha tela para 117 páginas, pero es precisamente ésa la gracia: no es una historia cerrada que aporte soluciones o puntos de vista absolutos. Es un tirar la piedra y esconder la mano, abrir melones de reflexión y pirarse silbando. Tengo la sensación de que va a cabrear a gente, de que va a haber lecturas anecdóticas y de que me estoy metiendo en un jardín, pero a estas alturas ya me da igual.
Post Scriptum: La magia de internet
Buscando enlaces para las películas que menciono en esta entrada he dado con la página de la Wikipedia de The Rescuers y, a través de ella, he encontrado esto:
La película está basada en una serie de libros de Margery Sharp que pasan a estar en el primer puesto de libros más buscados de una servidora. Mi sentido roedórico me dice que los libros van a tener una chicha extra que no sale en la película (sólo el argumento del primero ya le da en los hocicos a ambas películas) y me estoy preguntando dónde ha estado esta autora toda mi vida. Me hace una ilusión especial que Tailwhisper tenga una abuela literaria totalmente desconocida.
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