martes, 27 de diciembre de 2016

The heart of what is lost

Érase una vez...

Se iban acabando los 90 e internet era algo que le pasaba a otras personas. La vida no es que me estuviera tratando muy bien y uno de mis pocos consuelos era meter las narices en un libro cuanto más gordo mejor y escaparme a mundos que no me recordasen mi miseria diaria. En una colección del Círculo de Lectores apareció una tetralogía cuyo tamaño prometía evasión a raudales y a la que me entregué.

Me chirriaban cosas, como que la gente dijera palabrotas y que hubiera demasiado "mundo real" colándose en la construcción del mundo (sobre todo con el tema de la religión), pero aparecía un viejo intrigante casi al principio y no necesité mucho más para engancharme. Se convirtió en una de mis sagas favoritas, fundamentalmente gracias a las razas no humanas, el misticismo que las rodeaba y todas las preguntas que no me contestó la historia. Dejó un hueco.

Esa saga es Memory, Sorrow and Thorn. Persona que tradujo el título al español: si me estás leyendo, quiero explicaciones. Espero que tengas una buena razón, como "alguien de marketing pensó que imitar el juego que el título hace con los elementos del libro quedaba raro en castellano y me obligó a cambiarlo". 

Sí, hijos míos. Esto fue traducido como Añoranzas y pesares.

Viajemos en el tiempo

El primer libro de la saga, The Dragonbone Chair (El trono de huesos de dragón en castellano) se publicó en 1988. ¿Sabéis qué se había escrito en 1988? El primer libro de Mundodisco había salido sólo dos años antes. Neil Gaiman apenas empezaba a asomar la nariz. Ursula K. le Guin y David Eddings seguían siendo referentes.

Ay, hijitos, eran otros tiempos. E, insisto, no había internet. 

Vuelve de los cerros de Überwald, anda

Sí, bueno. El tema es que es una saga pantagruélica que viene a hablar de pérdida. Pérdida, duelo, rebelión, resignación. A pesar de contar con un quinceañero insoportable como protagonista, no es lo que yo llamaría literatura juvenil. Es una de las sagas más brutales que se han escrito y no entiendo por qué no la han reeditado en español con el "boom" de Game of Thrones.

Me he puesto a hablar de ella sosteniendo mi taza de té y mirando al infinito porque el mes que viene, después de veinte años, va a salir al mercado una novela corta continuación de la misma. Es algo con lo que no contaba. 

Es algo que espero expectante.


Mirad, a Martin le gusta la saga...
¿Debo esperar más tripas colgando esta vez?


The heart of what was lost

No he querido spoilearme excesivamente. Es un aperitivo para el premio gordo: otra trilogía en Osten Ard, unas décadas después del final de Memory, Sorrow and Thorn: The last king of Osten Ard. Persona que va a traducirlo al español: si me estás leyendo, por favor, no lo traduzcas como "El rey de las ostras", "Las últimas ostras", "El último rey" o alguna cosa así que te digan en marketing. Porfa.

Espero de la novela corta que me devuelva a Osten Ard. De la trilogía no quiero esperar nada. Releí la saga original hace poco y por primera vez en una década y descubrí, ahora que soy mayor y me he dado muchos cabezazos metafóricos contra la pared en materia de creación literaria, cómo está escrita. La deformación profesional me ha abierto un nuevo mundo de disfrute. Vale, la gente muere a carretillas, pero no gratuitamente. Los bichos... Descubrid los bichos. Disfrutad de las descripciones.

Entre esto y el Breath of the Wild mi productividad literaria va a bajar bastante.

Valdrá la pena.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Escribe sólo si tus palabras honran el silencio.