lunes, 7 de septiembre de 2015

De fracaso, talento y ciencia infusa

Hola, higadillos míos.

Para que os vayáis haciendo una idea.


Hoy sale a la venta La Suerte del Dios Hambriento. No voy a extenderme en lo que se siente cuando llevas toda la vida escribiendo y llega el día en que sueltas una de tus criaturas al mundo, esa mezcla de ilusión y vulnerabilidad a la que pertenece el pensamiento "ay, madre mía, que me van a leer". No. Hoy voy a dejar que hablen por mí, ya que es tontería intentar decir cosas que ya se han dicho como debían decirse.

Empecemos con J. K. Rowling. Esta señora que ahora está montada en la libra fue, en su momento, una madre soltera sin un penny viviendo en Reino Unido, que es uno de los peores sitios de la tierra para ser pobre sin llegar a ser homeless. No lo he encontrado subtitulado, pero bueno: dio un discurso bien majo en Harvard sobre hincar los codos, trabajar y ser consicente de que, igual que hay gente a la que le regalan el éxito saben los dioses por qué, lo suyo es trabajárselo. Habla de cómo el fracaso te da unos puntos de experiencia especiales. Ahí la lleváis.



Luego tenemos a Neil Gaiman, que sí lo he encontrado con subtítulos. Descubrid por vosotros mismos lo que hay que hacer si el gato explota.




Y, para terminar, una cita de Terry Pratchett:

You know what the greatest tragedy is in the whole world?... It's all the people who never find out what it is they really want to do or what it is they're really good at. It's all the sons who become blacksmiths because their fathers were blacksmiths. It's all the people who could be really fantastic flute players who grow old and die without ever seeing a musical instrument, so they become bad plowmen instead. It's all the people with talents who never even find out. Maybe they are never even born in a time when it's even possible to find out. It's all the people who never get to know what it is that they can really be. It's all the wasted chances.

"¿Sabes cuál es la mayor tragedia que hay en el mundo? Toda esa gente que nunca llega a saber lo que quiere hacer, aquello para lo que tienen auténtico talento. Todos esos hijos que se hacen herreros sólo porque sus padres eran herreros. Todas esas personas que podrían ser maravillosos flautistas, y crecen, se hacen viejos y mueren sin haber visto jamás un instrumento musical, así que en vez de eso trabajan como malos labradores. Toda esa gente que nunca llega a descubrir cuál es su talento. Quizá ni siquiera nacen en una época en que les sea posible averiguarlo. Es toda esa gente que nunca llega a saber que eso es lo que pueden ser. Son todas las oportunidades perdidas."

En todo eso es en lo que pienso hoy. En el día en que me di cuenta de que podía escribir mis propias historias. En el día en que las releí y me parecieron un horror. En el momento en que decidí que nadie nace sabiendo y que hay que currárselo para hacer las cosas bien. No te enchufan a una máquina y sales sabiendo kung-fu. No hay elegidos con superpoderes cósmicos gratis y las cosas no son fáciles. Currártelo e insistir. No rendirte. Nadie va a llamar a la puerta de tu casa en busca de tu talento. Si lo tienes, criatura, haz algo con él. Y, si la cagas, recuerda que cuando aprendiste a andar costó lo suyo.

Recuerda también que Sir Christopher Lee montó un grupo de metal con noventa años y un par bien puestos. Nunca es tarde.

Y ahora, si me disculpáis, tengo que ponerme a escribir.

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